miércoles, 25 de abril de 2012

Taller de comprensión: El Rastro de tu sangre en la nieve

Este trabajo fue realizado por estudiantes de séptimo grado del C.S.N.  I.E.D.
Luego de la lectura del cuento El Rastro de tu Sangre en la Nieve, utilizaron la estrategia del Diorama, para representar los aspectos más importantes y significativos de la historia.

DIORAMA
Es un tipo de maqueta que presenta figuras humanas, vehículos, animales, entre otros elementos como punto focal de su composición. Estas figuras se sitúan en un determinado entorno, el cual interrelacionan entre sí representando una escena cualquiera. Un diorama está compuesto por dos elementos principales: las figuras en sí y el terreno (el cual lo integra edificaciones, animales, personas, plantas y árboles, entre otros).

















lunes, 23 de abril de 2012

ROMANTICISMO 801-802 J.T.

Comparte aquí tu poema (No olvides dejar tu nombre completo)
ROMANTICISMO 902 JT

Escribe tu texto: (No olvides dejar tu nombre completo)

miércoles, 21 de marzo de 2012

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS COLEGIO SALUDCOOP NORTE GRADO 902

I. LEE EL SIGUIENTE TEXTO:

PUERTA AL INFRAMUNDO.
¿ Donde es corazón mio, el sitio de mi vida?
¿ Donde mi verdadera casa?
¿ Donde mi mansión precisa está ?
¡ Yo sufro aqui en la tierra !
¿ Sufres corazón mio ?
¡ No te atormentes mas en esta tierra !
Y ese es mi destino; lo saben todos.
Logré el don de nacer así en la tierra:
En un lugar de purificación.
Con esto ya puedo ir a la hermosura,
a donde está la vida.
¿ Como lo dice el mismo corazón?
¿ Como lo dice?
-no es verdad que vivimos.
no es verdad que venimos a durar sobre la tierra.
¡He de dejar las bellas flores!
He de bajar al reino de las sombras;
luego por breve tiempo se nos prestan
los cantos de hermosura.
NETZAHUALCOYOTL.


II. RESPONDE:

1. ¿Cuáles sentimientos expresa el autor? Sustenta con ejemplos
2. ¿De qué manera se evidencian las características de la literatura prehispánica en este texto? sustenta 
3. ¿Cuál es la intención del texto?

III. LEE EL SIGUIENTE TEXTO:

"Cuando el último árbol haya sido talado, el último animal haya sido cazado y el último pez haya sido pescado, solo entonces, el hombre blanco entenderá que el dinero no se puede comer"
PROFECÍA DE LOS NAVAJOS DE NORTEAMÉRICA

"El petróleo es la sangre de la madre tierra. cuando el hombre blanco haya acabado con él, vendrá el desastre."
PROFECÍA DE LOS INDÍGENAS U´WA DE COLOMBIA
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Una mañana de mayo pasado, los viejos madrugadores del pueblo de Marytown, perdido en las costas que bordean el sudeste de los Estados Unidos, se levantaron como todos los días a echarles unas migajas de pan a los pájaros marinos que merodean con mansedumbre por los patios y que se han ido convirtiendo en sus amigos. Lo que vieron los dejó espantados: las gaviotas de cabeza negra, que son tan bellas, también tenían negro el plumaje. Del pico les goteaba una mancha babosa. No podían levantar el vuelo de la arena, con las patas hundidas en una masa de chapapote pastoso, como el asfalto cuando se derrite. Una de las gaviotas miró a la gente pidiendo ayuda. Según cuentan los testigos, más allá de la playa, cerca del río, tres garzas morenas habían muerto con los ojos despepitados. El guiso espantoso que navegaba corriente abajo, matando todo lo que se le atravesara, era la mezcolanza de petróleo crudo de la empresa British, que cayó pocos días antes a las aguas del Golfo de México.A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas. A esa misma hora, en las playas legendarias de Juanchaco y Ladrilleros, cerca de Buenaventura, los lancheros de cabotaje que llevan carga y pasajeros por los pueblos que se arraciman en las orillas del Pacífico limpiaban sus motores preparándose para un nuevo día de trabajo. Como si fuera la cosa más natural del mundo, arrojaban al mar el contenido de unos tanques repletos de residuos de gasolina, queroseno y diésel. Un langostino magnífico, que medía un jeme, iniciaba el día tomándose su primera taza de combustible. Cuando vi la fotografía en El País de Cali me dieron ganas de echarme a llorar. A esa misma hora, en la zona industrial de Cartagena de Indias, abierta sobre la bahía del Caribe resplandeciente, los trabajadores de una compañía empacadora se sentaron a desayunar en los comedores de su empresa. En ese momento volvieron a ver, como venía sucediendo en las mañanas más recientes, que una nata de tizne cubría la superficie del café con leche, y que una mermelada negra, tan semejante al betún de limpiar zapatos, se había pegado al pan y al queso blanco. Entonces, no aguantaron más. Se levantaron todos, sin que nadie los hubiera convocado, y comenzaron a golpear los platos contra los mesones. La algarabía se oyó en media ciudad. Las autoridades ambientales ordenaron el cierre de un muelle vecino, que se dedica a cargar carbón a cielo raso, sin mayores precauciones ni cuidados, sin tubos cerrados ni conductores protegidos. Seis días después el muelle fue reabierto. A esa misma hora, en la región acuática de La Mojana, que cubre un gigantesco territorio húmedo de los departamentos de Bolívar, Sucre y Antioquia, bajaban resoplando los ríos Cauca y San Jorge, que se desbordan en caños y ciénagas. El apóstol Ordóñez Sampayo, que se ha gastado la vida defendiendo de la contaminación a campesinos, cosechas y animales, apareció en la plaza de Guaranda con el dictamen médico en la mano: los doctores certificaban que los tres niños que nacieron deformes tenían mercurio en el sistema sanguíneo. El terrible mal de Minamata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados. En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer. En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes. Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo
Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.
-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.
-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.
Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.
-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.
-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.
El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina. Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.
JUAN GOSSAÍN 

IV. RESPONDE:

1. ¿Cuáles características en cuanto a la forma presenta el texto?
2. ¿Dónde ocurren los hechos que se narran?
3. ¿Quienes participan de la historia contada?
4. ¿Cuál es la intención del texto?
5. Menciona las principales características que presenta el texto en cuanto al contenido

V. OBSERVA LA SIGUIENTE IMAGEN:

 

VI. RESPONDE:

1. ¿Qué pretende la imagen?
2. ¿A qué tipo de público va dirigida?
3. ¿Cuál idea vende?


RECOMENDACIONES:

- SÉ CLARO Y CONCRETO

- SÉ PERTINENTE

- HAZ BUEN USO DE LA ORTOGRAFÍA

- NO OLVIDES DEJAR TU NOMBRE COMPLETO

domingo, 18 de marzo de 2012

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS COLEGIO SALUDCOOP NORTE GRADOS 801-802

I. LEE EL SIGUIENTE TEXTO:





Oración primera al hacedor
Causa del ser, Viracocha,
Dios siempre presente,
Juez que en todo está,
Dios que gobierna y provee,
Que crea con sólo decir:
‘’ Sea hombre, sea mujer’’,
Que viva libre y en paz
El ser que pusiste
Y criaste.
¿Dónde estás? ¿Afuera,
O adentro, en la nube
O en la sombra?
Oyeme, contéstame
Haz que viva muchos días,
Hasta la edad en que deba
Encanecer.
Entonces, levántame
Tómame en tus brazos
Y si me canso, auxíliame
Doquiera estés, Padre Viracocha
II. RESPONDE:
1. ¿Cuáles sentimientos expresa el autor?
2. ¿Cuáles elementos relacionan el poema con la literatura precolombina? Justifica tu respuesta con ejemplos.
III. OBSERVA LA IMAGEN:
mohan 
IV. RESPONDE:
1. ¿Qué representa para ti esta imagen?
2. ¿Qué tipo de historia podrías realizar a partir de esta imagen?
3. ¿Qué historia cuenta la imagen?
V. LEE EL SIGUIENTE TEXTO:
La Madremonte

Toda vestida de hojas y de líquenes, vive en la profundidad de los bosques. La cabellera, víctima de soles y lunas, le oculta el rostro. Ese es su enigma: podemos escuchar el grito de fiera entre los árboles, ver la silueta que se pierde en la espesura, pero nadie ha visto nunca su rostro cubierto de musgo y sombra.

La Madremonte ama las grandes piedras de los ríos, construye sus aposentos en los nacimientos de las quebradas, se distrae con el silbido de las mirlas y los azulejos. Algunos han creído escucharla cuando imita el canto de los grillos en las tardes de verano y cuando persigue las luciérnagas en las noches sin luna.

Como vigilante de las selvas, la Madremonte cuida que no desaparezca la lluvia y el viento, orienta los periodos de celo de los animales del monte, grita de dolor cuando cae alguna criatura de su dominio. Por eso, odia a los leñadores y persigue a los cazadores: a todos aquellos que violan los recintos secretos de las montañas.

Cuando la Madremonte está poseída de furia, se transforma: los ojos despiden candela y con las manos de puro hueso, se agita de rabia entre los matorrales. Se desencadenan entonces, los vientos y las tormentas. Los ríos y las quebradas traen inundaciones, arrasan las cosechas y el ganado. Todo parece como si se anunciara el estremecimiento de la tierra y los astros.
VI. RESPONDE:
1. ¿Cuáles elementos relacionan el texto con la literatura precolombina? Justifica con ejemplos
2. ¿De quién habla el texto?
3. ¿Cuál es el hecho principal que menciona el texto?
4. ¿Dónde ocuerre la historia?
5. ¿Qué conclusión te de deja la lectura?

VI. LEE EL SIGUIENTE TEXTO:

El cordel en mi cuello

A veces los dedos mayor y pulgar resbalan por ambos lados de los cristales para desparramar el líquido limpiador, en un movimiento horizontal que luego da paso a un papel absorbente que secan las últimas gotas. Otro día, es un pañuelo el que se desplaza despacio por los dos vidrios buscando más transparencia, quitando manchas y sombras grises. 


La limpieza de mis lentes es una rutina que me acompaña varias veces al día, como parte de una tarea de mantenimiento. Ellos cuelgan de mi cuello desde hace cuatro años; esa tarde cansado de que las letras del diario se esfumen ante mi mirada, caminé hasta el oculista que llega al pueblo todos los martes, o casi todos. 


Me atendió después de una espera entre medio de silencios, revistas viejas apiladas en una mesa bajita y personas que hablaban entre susurros, como si estuvieran en un velorio. A mi turno, el hombre, con su chaqueta blanca desabrochada, me hizo sentar y colgó un cartel con letras de distinto tamaño para probar lo que ya sabía. 


En un breve trámite, el oculista -bajo, casi calvo y gordo- con más pinta de cocinero de fonda que de profesional de la oftalmología, me sentenció a vivir con los anteojos. Para escribir, leer, atender el celular o sintonizar la radio. Con una sola palabra que sonó a nombre de mujer: Presbicia, me recordó mi edad y llamó al próximo paciente. 


Con la receta en la mano, llena de palabras ilegibles, en cinco días obtuve mis primeros lentes. Probé marcos y patillas. Algunos redondos, otros, más ovalados, asomaron en mi cara que se reflejaba en un espejo de tres tramos colocado encima de un mostrador. Ya sea, con marco dorado o plateado, supe que serían parte de mí para siempre. Y así sucedió. 


Cada noche, cuando termino la lectura quedan encima de la mesa de luz, arriba de algún diario o un libro. Los dejo con las patillas abiertas y el cordel negro colgando, cerquita de reloj y el velador. Por la mañana se donde ubicarlos. Entre dormido los tomó y los apoyó en el mueble del baño; luego pasan a la mesa de la cocina. Es una rutina para poder hallarlos con facilidad y no olvidarlos antes de salir a trabajar. 


Su ayuda aparece apenas necesito calentar el café en el microondas o para abrir el paquete de galletitas Lincoln, a través de una tirita de celofán que no encuentro. Es una recordación cotidiana de que el tiempo se consumió mi vista. 


La mayor comprobación llega cuando olvido los lentes y llegando al diario comienzo a sentirme disminuido, casi inútil. Por eso guardo en un cajón de mi escritorio esos anteojos baratos, endebles, descartables, que un día compré en un polirrubro para salir del apuro y que me vendieron en un estuche ordinario.


Esos lentes que aparecen salvadores de vez en cuando, son un mal muleto de los titulares. Al finalizar el día de trabajo, durante la cena, viene mi pequeña revancha personal: me quito los lentes con ambas manos, tomándolos de las patillas casi a la altura de los cristales, los elevó por encima de mi cabeza, pliego sus patas y enrolló el cordel. 


Por algún rato estarán allí, solitarios, en el mueble ubicado en el esquinero del comedor, o en el mantel que cubre la mesa rectangular. Será el rato en que mi nariz no sienta la presión de su calce. 


A pesar de su simpleza - armazón metálica, solo recubierta con plástico al final de las patillas, para calzar con suavidad en las orejas- de vez en tanto necesitan un servicio de mantenimiento. Es el momento de actuar del óptico del pueblo que, sin lentes, toma un diminuto destornillador y ajusta los cuatro tornillos milimétricos que regulan la apertura. Después con las dos manos encuadra los lentes. Toda la tarea no lleva más de cinco minutos hasta que vuelven a mis ojos para ver cómo se sienten. 


Los lentes solo se sumergen en la oscuridad bajo situaciones especiales. Fiestas o salidas, en que decido que solo me acompañen guardados en un bolsillo de la camisa o de alguna campera y dejen de colgar de mi cuello. 


En las vacaciones, es el momento en que más me alejó de ver parte de la vida a través de cristales con aumento. Es el tiempo del descanso físico y mental. El período en que mi pensamientos se alivianan, se aleja de las noticias que me apabulla escribir todos los días y pienso en otras cosas. Pienso, por ejemplo, en el puto oculista con pinta de cocinero que me condenó una tarde de martes a que de mi cuello cuelgue un cordel con cristales para enfocar mejor mi vida.


VII. RESPONDE LO SIGUIENTE:
1. ¿A cuál de los textos vistos durante el período corresponde este texto? Justifica tu respuesta con ejemplos.
2. Extrae del texto las oraciones PASIVAS, TRANSITIVAS E INTRANSITIVAS que encuentres.
3. Resume en tres líneas de qué trata el texto.
RECOMENDACIONES:
- HAZ BUEN USO DE LA ORTOGRAFÍA
- SÉ CLARO Y CONCRETO
- SÉ COHERENTE Y PERTINENTE
- NO OLVIDES DEJAR TU NOMBRE COMPLETO

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS COLEGIO SALUDCOOP NORTE GRADO 703

I. LEE EL SIGUIENTE TEXTO Y RESPONDE LAS PREGUNTAS AL FINAL:



El jarabe mágico
Raquel Rodríguez

¡Hasta que por fin! –Exclamó eufórico

El pelo despeinado le caía sobre la frente hasta casi taparle los ojos, estos estaban enrojecidos y le daban un aspecto de borracho desvelado, temblándole las manos acercaba el tubo a la luz matinal y sonreía frenéticamente.

Tengo el mundo en mis manos, todos aquellos que hasta ahora se burlaron de mi, que se cuiden, los destrozaré, de rodillas me pedirán perdón y me suplicarán que alivie sus males o que prolongue sus miserables vidas y eso, eso no será posible, yo, yo el loco desquitaré mi furia, caro les haré pagar las humillaciones que me hicieron pasar ja, ja.

Enseguida tomó un sorbo del líquido que sostenía con sus manos, limpiándose la boca con la mangas de la bata se hablaba así mismo.

Ahora sí, nada de dolor, nada de molestias físicas y para comprobarlo bailaré ahora mismo, puedo mover mis piernas sin necesidad de apoyarme en un bastón, puedo saltar, siento la energía que corre por todo mi cuerpo, pareciera que tuviera unos veinte años, siento deseos de correr, de brincar.

Inmediatamente corrió hacia el espejo y éste le reflejó la imagen de un viejo de setenta años, con la cabeza poblada de canas y los ojos hundidos y ojerosos, arruga sobre arruga, sonrió y se miró los dientes amarillos y las encías encogidas, eso ahora ya no tiene importancia es solo su espíritu encerrado en un cuerpo carcamal y eso posiblemente con el tiempo tenga solución.

No todo es algarabía, aun existe un problema por resolver y es que en sus manos tiene dos jarabes uno que proporciona salud total y otro vida, que criterios seguirá para administrarlos, aún no lo sabe, aunque le gustaría tener uno solamente que reuniera salud, vida eterna y juventud, pero aún no da con la fórmula por ello se conforma con los dos que tiene.

Uno es preventivo contra enfermedades y a la vez en caso de achaques proporciona salud, sin embargo a la vuelta de la esquina puede estar la muerte y contra eso no hay remedio, no puede administrar a la vez la formula de la vida, caería fulminado como por un rayo de inmediato. Entonces no es viable.

Podría administrar a un hombre o mujer saludables el jarabe de la vida y así estarían seguros de vivir muchos años, pero si acaso contrajeran una enfermedad ahí yo ya nada tendría que hacer, entonces lo mejor es dar el jarabe de la salud ya que este proporcionaría una calidad de vida insuperable, porque seguramente existirán personas que van a vivir muchos años y jamás enfermarían, entonces creo que este es el mas idóneo. Porque qué ganaría una persona con una larga vida y un cuerpo lleno de achaques. No eso no me gusta aunque habrá algunos que me gustaría darles el jarabe de la vida eterna y verlos sufrir cuando les ataque una enfermedad incurable. Esa frase de que la vejez, las enfermedades y la muerte humillan al hombre ya no encajaría en la humanidad. Ya la humanidad a nada le tendría temor. Porque a que tiene más miedo la humanidad a las enfermedades o a la muerte, no sé tal vez una encuesta arrojaría un buen parámetro y así yo tendría muy buenos argumentos para administrar mis súper jarabes. Y qué pretendo con esto fama y dinero o simplemente la ayuda a mis semejantes, ahora que todo esta en mis manos siento que ya no me importan tanto los lujos, ni el reconocimiento, siento que deseo aliviar al ser humano de la cárcel de la enfermedades, acaso no he sido yo también víctima de sus tentáculos. Si efectivamente parece un pulpo que entra en nuestro ser y nos va destruyendo por dentro con todo el coraje de que es capaz, entra y se establece para vivir y a la vez morir junto con la persona, es insaciable una vez que esta dentro empieza con un pequeño dolorcito hasta dejarnos en una llaga total, si contara las enfermedades que existen, no alcanzaría nunca a enumerarlas y clasificarlas, a veces son tan raras y atacan a cada persona de diferente forma, definitivamente haré un mundo donde los médicos ya no tendrán cabida, ¡ja, ja, ja! Creo que habrá mucho desempleado y me da gusto hay tantos y luego son tan insensibles, pican por un lado y por otro y no atinan porque eso es lo que hacen, ojalá mejor fueran adivinos, aunque hay que reconocer que existe un número muy elevado de galenos que sí quieren aliviar el sufrimiento, otros piensan si se muere uno menos, ya somos muchos y así se han ido muchos al otro mundo.


Pero basta de pensamientos, necesito actuar, una última pregunta tengo que hacerme ¿servirán estos jarabes para los animales? Tendré que probar. Y otra pregunta. A ver supongamos que mi súper jarabe funcione maravillosamente, que hará la humanidad cuando esté libre de enfermedades? ¿Mejorará su vida, trabajará más, se harán menos daño, que pasará? A ver si yo no tengo ninguna enfermedad, a mi en lo particular me darían ganas de trabajar, de gozar la vida, sobretodo porque sé lo que es estar enfermo, pero, alguien que no sabe del sufrimiento físico probablemente se hará más insensible ante las necesidades, porque yo no estoy eliminando el hambre, los desastres naturales, y si la humanidad no enferma no sabrá del dolor y creo que nada le importará su prójimo

Absorto en sus pensamientos no se dio cuenta de que el gato que acompañaba sus matinales ensayos en el laboratorio había entrado por la ventana y al subirse a la mesa tiró los envases de jarabe. Luego de lamer repetidamente de ambos frascos el minino comenzó a dar grandes brincos. Era difícil saber si eran de alegría o de dolor. Tan altos eran los brincos que casi topaba en el techo. El hecho es que con ello logró captar la atención del “loco”.

¡Vaya con el Tonchillo¡ parece que el efecto de ambos jarabes produce una enorme energía y euforia desmedida y por lo visto no acabó con ninguna de sus siete vidas. Si no le producen vida eterna por lo menos lo llevaré a competir en las olimpiadas en salto de altura … o tal vez con garrocha.


II. RESPONDE:

1. ¿Cuáles elementos del texto muestran su aspecto fantástico? Justifica con ejemplos.


2. Menciona los personajes que participan y sus características


3. ¿Dónde ocurre la historia? Describe los lugares


4. ¿Qué opinión te merece el cuento?




III. LEE EL SIGUIENTE TEXTO

AUTOBIOGRAFÍA DE BENITO JUÁREZ
En 21 de marzo de 1806 nací en el pueblo de San Pablo Guelatao de la jurisdicción de Santo Tomás Ixtlán en el Estado de Oaxaca. Tuve la desgracia de no haber conocido a mis padres Marcelino Juárez y Brígida García, indios de la raza primitiva del país, porque apenas tenía yo tres años cuando murieron, habiendo quedado con mis hermanas María Josefa y Rosa al cuidado de nuestros abuelos paternos Pedro Juárez y Justa López, indios también de la nación Zapoteca. Mi hermana María Longinos, niña recién nacida pues mi madre murió al darla a luz, quedó a cargo de mi tía materna Cecilia García. A los pocos años murieron mis abuelos, mi hermana María Josefa casó con Tiburcio López del pueblo de Santa María Yahuiche, mi hermana Rosa casó con José Jiménez 
Como mis padres no me dejaron ningún patrimonio y mi tío vivía de su trabajo personal, luego que tuve uso de razón me dediqué hasta donde mi tierna edad me lo permitía, a las labores del campo. En algunos ratos desocupados mi tío me enseñaba a leer, me manifestaba lo útil y conveniente que era saber el idioma castellano y como entonces era sumamente difícil para la gente pobre, y muy especialmente para la clase indígena adoptar otra carrera científica que no fuese la eclesiástica, me indicaba sus deseos de que yo estudiase para ordenarme. Estas indicaciones y los ejemplos que se me presentaban en algunos de mis paisanos que sabían leer, escribir y hablar la lengua castellana y de otros que ejercían el ministerial sacerdotal, despertaron en mí un deseo vehemente de aprender, en términos de que cuando mi tío me llamaba para tomarme mi lección, yo mismo le llevaba la disciplina para que me castigase si no la sabía...

IV. RESPONDE:

Menciona las características que demuestran que el texto es una autobiografía



RECOMENDACIONES:

- UTILIZA BUENA ORTOGRAFÍA

- SÉ COHERENTE  Y PERTINENTE

-SÉ CLARO Y CONCRETO

- NO OLVIDES DEJAR TU NOMBRE COMPLETO